Fragmentos Olvidados
jueves, 29 de agosto de 2013
City lights
The city stood, and he surrendered majestically at our feet; It was simply magic. The boulevards of London gave us their mysterious paving that venture. The lights of traffic were witness to our walk along those streets deserted, and clandestine alleys became the hideout of our kisses. Roads were extended to infinity and we burned their asphalt jumping, running; loving each other. There, away from the real world and the bustle that that which would begin once the Pact with the city ended, we play like two little girls through the streets, which were, for a few moments, our private playground.
Your arms around me, I I amake at them, and once more, you did shake my skin. Your dried your hand to guide me, and I knew that I with you would go to the last corner of the world.
And streetlights we stare when you made me love and I writhed in your touch while saying your name out loud. I susurraste to the ear that you went crazy and my pupils dilated. Your touch is my shelter and your lips my cure.
And night surprised subtending, lost in the city in which I love you. That night we brush the clouds and touch the Moon, skyscrapers were jealous of our dance in the stars.
domingo, 24 de junio de 2012
2cm from your breath
lunes, 18 de junio de 2012
Conversations with an absent God.
Looking at the sky, praying to an absent God.Shaping the clouds, trying to recover the lost faith. No sign of there above, it is easier to believe in the ravages that leaves the devil.
And while 6.984.895.594 soldiers without weapons continue to struggle in a war by losing, we continue, without news of God.
miércoles, 10 de agosto de 2011
Se acabó el recreo
Felicidad; palabra cargada de ilusión, deseos, sueños, esperanzas... yo prefiero la locura, no es de plástico, es real.
La magia con la que vivimos cuando somos pequeños se rompe en algún momento y entonces nada vuelve a ser lo mismo. Ojala hubiese caído fulminada en esa herida, entonces quizá hubiera tenido oportunidad de empezar a creer otra vez en todo en lo que ahora no creo.
Me gustaría volver a encontrar los polvos de hada mágicos de los que un día estuve convencida que existían.
Ninguno nos confundíamos cuando decíamos que no queríamos crecer, cuanta razón teníamos... Palabras cargadas de sabiduría inocente, y eso que aún ni vislumbrábamos un ápice de lo que nos esperaba al otro lado de nuestra habitación de colores y purpurina. ¿Dónde está ese lugar ahora? Tristemente languidece en una mansión oscura y fría esperando que nadie lo encuentre, pues es donde residen atrapadas nuestras fantasías y las fantasías, son de niños. O eso dicen las bocas más cobardes. Allí llevaron secuestradas nuestras ilusiones. Las amordazaron, las encerraron, y tiraron la llave al pozo de los deseos, donde poco a poco la enterramos con pesadas monedas cargadas de ambición. En ambición se transformaron nuestros sueños.
Los monstruos que nos atemorizaban de noche ahora lo hacen a todas horas, y no desaparecen al encender la luz. La realidad supera los juegos. La imaginación queda a un lado y los prejuicios crean escuela. Se rompió la cuerda y se pinchó la pelota.
Niños, se acabó el recreo.
La magia con la que vivimos cuando somos pequeños se rompe en algún momento y entonces nada vuelve a ser lo mismo. Ojala hubiese caído fulminada en esa herida, entonces quizá hubiera tenido oportunidad de empezar a creer otra vez en todo en lo que ahora no creo.
Me gustaría volver a encontrar los polvos de hada mágicos de los que un día estuve convencida que existían.
Ninguno nos confundíamos cuando decíamos que no queríamos crecer, cuanta razón teníamos... Palabras cargadas de sabiduría inocente, y eso que aún ni vislumbrábamos un ápice de lo que nos esperaba al otro lado de nuestra habitación de colores y purpurina. ¿Dónde está ese lugar ahora? Tristemente languidece en una mansión oscura y fría esperando que nadie lo encuentre, pues es donde residen atrapadas nuestras fantasías y las fantasías, son de niños. O eso dicen las bocas más cobardes. Allí llevaron secuestradas nuestras ilusiones. Las amordazaron, las encerraron, y tiraron la llave al pozo de los deseos, donde poco a poco la enterramos con pesadas monedas cargadas de ambición. En ambición se transformaron nuestros sueños.
Los monstruos que nos atemorizaban de noche ahora lo hacen a todas horas, y no desaparecen al encender la luz. La realidad supera los juegos. La imaginación queda a un lado y los prejuicios crean escuela. Se rompió la cuerda y se pinchó la pelota.
Niños, se acabó el recreo.
martes, 9 de agosto de 2011
No me gustaría ser otra chica del montón
No creo que el blanco sea el color que debería llevar hasta un altar. No quiero pertenecer a la secta de mujeres desquiciadas por encontrar su “vestido ideal”. Me preocuparía bastante formar parte de aquellas que se obsesionan más por organizar el día perfecto, ese que será “el día más feliz e importante”, que por construir una vida al lado de la persona que quieres. No quiero ser de las que se desilusionan porque su dedo anular no pesa lo suficiente. Me apuesto lo que quieras a que aquella que dijo “el diamante es el mejor amigo de una chica” fue encontrada muerta junto a una manada de gatos, sola; sola pero con un precioso anillo de diamantes que nadie le regalo. Mi pensamiento sobre sentirme realizada no se basa en seguir los tópicos, y mucho menos en ser corriente, o identificarme con un grupo que sigue el protocolo establecido para la mujer. No tengo previsto ser una chica del montón. Por mi parte, no voy a dar el gusto a ningún otro hombre o mujer de hablar de un sexo débil.
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