domingo, 20 de febrero de 2011

keep traveling with me

Y cada uno fuimos cometiendo nuestros errores, llorando por ellos, y por los que deberíamos haber cometido. Fuimos probando y fallando. Gritamos a los cuatro vientos que ya era suficiente, y nos derrumbamos para aprender a transformar nuestras debilidades en defensas.
Fumamos, bebimos y follamos, y a veces todo en una misma noche, las que en bastantes ocasiones alargábamos hasta que el día nos obligaba a seguir precavidos de nuestras gafas de sol. Fumamos, y nos reímos, nos reímos mucho. Y nos reímos tanto como lloramos. Nos apoyamos en otros y cedimos nuestros hombros, tanto como alguna vez prestamos nuestras espaldas. Caímos con todas las piedras del camino y pateamos otras cuantas de rabia. Nos encerramos en cuatro paredes y se estrecharon las mismas que una vez nos cobijaron. Las ansias aun no se han pasado y siempre querremos más. ¿Más? mucho más, nunca es demasiado. Te eche mucho de menos cuando no estuviste a mi lado. Nos desesperamos tanto, y tan rápido que me desespera contar las veces. Hemos sentido con una intensidad única. Sentimos y sentimos tanto que a veces, no sabríamos decir con exactitud que es lo que sentimos. Hemos vivido muchas primeras veces y hemos volado con estas. Nos hemos quedado sin palabras. Nuestra retina ha grabado momentos que nuestra memoria añora, pero ahora sabemos que sólo debemos mirar hacia atrás para recordar lo que no tiene que haber en el futuro.
Tuvimos largas conversaciones. Jugamos, jugamos con fuego y nos quemamos, pero también hemos tenido suerte. Compartimos, creamos, caminamos uno al lado del otro, imaginamos lo inimaginable, ideamos un futuro que ha quebrado mil veces, pero con la misma ilusión del que no ha visto desaparecer sus sueños, volvemos a erigir nuevas fantasías. Y vivimos tantas veces como creímos morir, aunque nunca han sido bastantes, asíque seguimos disfrutando de las contradicciones tanto como las odiamos. Aprendimos, y lo que nos queda aún por aprender…incluso cosas que de las que nunca aprenderemos. Y que nadie intente pararnos, no podemos detener nuestras ganas de seguir poniendo un paso por delante del otro intentando superar a nuestra sombra y de luchar, sobre todo de luchar, luchar por lo que queremos y en lo que creemos.

Romper con cualquier cliché que sea un lema y ser diferente una actitud.






Este fragmento esta dedicado a todas esas personas que han caminado a mi lado y sin las cuales no me gustaría "seguir viajando".















domingo, 13 de febrero de 2011

Volar está sobrevalorado...

Por un momento sentí que podía volar…pero solo fue un relámpago de luz en la oscuridad. Después me di cuenta de mi condición de mortal y empecé a llorar. No paraba de pensarlo; no podía volar. Mis pies estaban anclados a esta tierra que tanto detesto y mis brazos no eran las alas que ansiaba.

Esto no puede ser real, debe ser una mala pesadilla. ¿Dónde está ese ángel de la guarda que debería reconfortarme? ¿Qué macabro juego es este que se divierte conmigo?
Mi ángel murió porque alguien quebró sus alas. Pobre lúgubre querubín con carita inocente. Arcángel tullido que yace junto a mí en el suelo de la acera. La altura nos ganó a los dos.
No supe que el sol brillaba tanto hasta que dejé de verlo y empecé a echar de menos sus cálidos rayos.
Y  ahora agradezco el viento que retoza con las hojas del árbol que me cobija, pues abandonada por el oxígeno acaricio la brisa con una paz que nunca tuve.
Olvidé el dolor, el llanto y el miedo.
Desposada con la libertad ahora la risa me busca saltando entre mis mejillas menos rosadas que de costumbre. Las lágrimas ya no me buscan ansiosas por inundar mis ojos, y la melancolía ya no me pide que baile a solas con ella. El final fue mi principio.
 
 
Este fragmento lo escribí al conocer la noticia de que una chica joven que vivía cerca de mi había decidido quitarse la vida lanzándose al vacío desde una gran altura. Ella lo había intentado anteriormente, y esta fue la última vez que lo intento.